Crisis y conflictos actuales en sintonía histórica

La historia va desgranando eventos, a veces de forma lineal otras de forma circular, como si germinaran semillas ocultas del pasado. Es el caso del conflicto de Ucrania gestado a lo largo de decadas.

El conflicto de Ucrania se remonta a 1979 y se inicia con tres hechos de gran envergadura política, económica, geoestratégica, cultural y religiosa:

1.- El regreso del Imán Khomeini a Teherán con el que comenzó el reino de los ayatolás, la proclamación de la República Islámica, la introducción de la sharî‘a y la exaltación del Chiismo. En este periodo se dan el conflicto del Yemen y el derrocamiento de Shah de Persia. La visión del Islam del Imán Khomeini era sacarlo de las mezquitas y bajo su mandato, comenzó a tomar una fuerza imparable a nivel mundial.

2.- La llegada al poder de Ṣaddâm Ḥusein considerado como el nuevo Saladino del Islam sunní, adquirió un auge inaudito. Ocurrieron tres hechos con repercusiones mundiales: el atentado contra el Papa Juan Pablo II, el asesinato de Anwar al-Sâdât a manos de los Hermanos Musulmanes, y la masacre de la población curda de Halabja en la Región del Kurdistán iraquí.

Khomeini y Ḥusein, dos irreconciliables enemigos del pasado, iniciarían una guerra entre septiembre de 1980 a abril 1988. Con la muerte del Khomeini el líder de Irak acabó invadiendo Kuwait, poniendo en riesgo los equilibrios fronterizos del Golfo Pérsico.

3.- La invasión soviética de Afganistán (objeto de ambiciones de los imperios alemán y británico) ocurrió con la colaboración del presidente Nûr Muhammad Taraki y permitió a la URRS construir la mayor embajada para sus suministros militares y servicios a la armada. El objetivo era llegar al Océano Índico donde gobernaban dos potentes aliados. En ese complejo contexto nace el movimiento y la guerra de los combatientes muyahidines contra el Imperio Soviético, en el que Sunníes y Chiíes se unen frente al enemigo comunista.

En el mismo periodo, se da la disolución de la URRS y la decisión de M. Gorbachov de retirar las fuerzas armadas rusas de Afganistán. Para entonces Osâma Bin Lâden había fundado al-Qaeda para dirigir la jihâd contra las fuerzas armadas de la URRS en Afganistan. Asimismo, asoma el conflicto de los Balcanes y la desintegración de la ex Yugoslavia en siete estados independientes. Las matanzas de musulmanes bosnios en Srebrenica marcarían para siempre las relaciones con los musulmanes.

El 23 de febrero de 1996 Osâma Bin Lâden desafía a los americanos, los judíos y los cristianos declarándoles la guerra y elevaría las consecuencias del yihadismo a su máximo nivel, con graves acciones de violencia y terror en los cinco continentes.

En ese periodo ocurre la invasión de Afganistán, la de Iraq, la guerra en Argelia, las Primaveras Árabes, el derrocamiento de Muammar alGjedafi y finalmente la proclamación de Abû Bakr al-Baghdadî como Califa  y la guerra con Siria, en la que entra en juego V. Putin que favorece el régimen del presidente Bashar al-Assad.

Todos estos años V. Putin ha estado planificando la invasión de Ucrania, pero esperaba el momento oportuno, que se dió con la derrota y el abandono de las fuerzas americanas en Afganistán, la baja popularidad del presidente Joe R. Biden, la verborrea europea después de la anexión de la Península de Crimea, el acercamiento de Ucrania a la Unión Europea y su deseo de ser parte de la OTAN.

V. Putin consideró un fracaso el derrumbe de la URRS, y ha querido convertirse en el nuevo zar, para dar a la antigua URRS el brillo y el lustre de su pasado, iniciado con la invasión de la península de Crimea. Sin embargo, sus planes no han salido como esperaba ya que creía poder derrocar al Gobierno de V. Zelenski.


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